En su debut copero, Vélez se impuso con autoridad ante Defensor Sporting por 3-0. Con goles de David Ramirez, Mauro Óbolo y un tremendo gol de Seba Dominguez el fortín sumó sus primeros tres puntos en el grupo 7 de la Libertadores.
Podríamos definir esta victoria del fortín en tierras Uruguayas en tres palabras que no suenan muy frecuentemente en estos tiempos en el fútbol local: Ganó, gustó y goleó. Ganó con autoridad, porque supo manejar los ritmos del partido y golpear en los momentos indicados. Gustó porque siempre impuso su identidad, su juego, ante la constante presión que fue de mayor a menor del equipo uruguayo, durante gran parte del partido. Y goleó, mostrando que su espíritu ofensivo es el mismo de siempre, sin importar si está jugando el tierras propias o ajenas.
El partido como decíamos, tuvo algo que duró todo el partido: la presión del rival, que paraba en la cancha una mezcla de jugadores experimentados y juveniles. Y esta jugada táctica de los violetas le puso una traba a Vélez en los primeros minutos. Si bien el fortín tenía la pelota e imponía su juego, no podía pasar la última línea del rival. Salvo un pique en diagonal de Óbolo que finalmente se fue desviado, y un remate de cabeza de Seba Dominguez después de un córner, Vélez no tenía oportunidades claras. Pero faltando pocos minutos, un error en la última línea de los violetas nos dió un tiro libre indirecto adentro del área. Si bien ese tiro libre rebotó en la barrera, posibilitó una segunda jugada, en donde Papa la metió al medio y Ramirez, aprovechando el mal rechazo de un rival, la clavó de zurda abajo, contra el palo.
Y ese gol cambiaría definitivamente el partido. Porque en el segundo tiempo se vio a otro Defensor Sporting, un equipo más apurado y que recurría a los pelotazos al ver que no podían vulnerar las líneas defensivas del Fortín. Y Vélez, sin embargo, fue parejo, apoyado en una buena actuación defensiva, manejaba la pelota y aprovechaba los huecos que dejaba la defensa rival para atacar e intentar aumentar la ventaja. Con el pasar de los minutos, luego de la entrada de Insúa que le dió aire fresco al mediocampo y que tuvo la pelota, y ante un rival que no estaba a la altura del partido, Vélez fue acercándose al arco de Defensor, y después de varios intentos llegó el segundo tanto: Mauro Óbolo, una de las dos primeras incorporaciones del Fortín, definía de volea después de un cabezazo de Ortíz, para cerrar el partido y asegurar la victoria velezana. Y finalmente, cuando restaban solamente 5 minutos, llegaría la frutilla del postre: Producto de los ensayos después de turno en donde ciertos jugadores practican la pelota parada en la Villa Olímpica, Sebastián Dominguez cambiaba por gol mediante esa vía, un remate lejano impresionante que se clavaba en el ángulo. Y así, ante el delirio de los fortineros que acompañaron a Vélez en este debut en tierras Orientales, el encuentro culminaba y el equipo de Gareca y compañía cerraba una gran victoria por 3-0 en su debut Copero.