Vélez se quedó, en una de las últimas jugadas, con los tres puntos frente a Deportivo Quito. Después de casi 90 minutos de constantes intentos, el Burrito Martinez convirtió faltando muy poco para el final, dándole la victoria a Vélez y dejándolo puntero en soledad del grupo 7.
Todos sabemos cómo es la Copa Libertadores. No se puede confiar ni sobrar a ningún equipo, y es sangrienta, no podés regalar puntos, partidos. Hay que ganar a como dé lugar. Lógicamente que todos buscan el buen juego, pero si no aparece, tiene que aparecer la garra para suplirlo.
Hoy Vélez fue una mezcla de las dos cosas. Por momentos se vio un muy buen fútbol, juego asociado, situaciones muy claras y limpias. Y las ganas de ganar también llevaron a los ponchazos al área. En una jugada así, a pesar de haber buscado por todos los medios, apareció el gol fortinero, después de un centro malogrado, una muy buena habilitación de Ortiz, y una definición de un Burrito Martínez que, sí, demostró quién es. Porque hoy pudo haber tenido algunas lagunas, pero durante el segundo tiempo se pareció bastante a ese animal que queremos ver. Desborde, magia, generosidad, sacrificio, y mucho peligro para el rival.
El control fue de Vélez la mayoría del partido, con un Deportivo Quito muy bien replegado, sin regalar espacios, pero también presionando la salida del fondo. Sobretodo en el primer tiempo, es injusto calificar el planteo de mezquino (por más que hayan hecho tiempo desde el minuto cero, no era algo que no esperásemos), más bien fue inteligente, inclusive por alguna aproximación al arco de Vélez, que no pudo terminar de hilvanar jugadas tan claras, a pesar de haber sufrido la anulación de un gol de Augusto, que volvía de la lesión.
En el segundo tiempo fue otra la historia, Vélez fue una aplanadora, y tuvo varias chances en los pies de Óbolo, Cubero (terrible lo que se pierde), Insúa, el Burro, Papa. Era un aluvión, empezaba a preocupar la hora y alguna que otra aproximación de los ecuatorianos, más esporádicas que nunca porque fueron borrados de la cancha, pero siempre latentes.
Así transcurrían los 42 minutos del segundo tiempo cuando llegó el desahogo, el gol que gritamos hasta la disfonía todos los hinchas que alentamos y empujamos al equipo sin parar. Vélez obutvo el premio de ser una tromba en ese segundo tiempo, de salir a jugar como corresponden estos partidos. Pero sabemos que la Copa no siempre le da el premio al merecido, y es necesario poder cerrar los partidos antes.
Pero bueno, siempre es mejor solucionar problemas con la comodidad de los tres puntos en casa, vitales para la clasificación a la próxima ronda. Vélez redondeó una buena actuación, se sacó un aprobado, y ahora tendrá que pensar en ser más efectivo.
Partido a partido dice Gareca. Se viene Newell's, veremos con qué equipo. VAMOS VÉLEZ!!!
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