Vélez jugó un gran partido en Colombia y se trajo en su partido de ida una victoria fundamental para la serie. Con gol de Ivan Bella, el Fortín ganó 1-0 y tiene una ventaja importante de cara a la vuelta.
¿Puede existir una victoria contundente y símil goleada con un score final de 1 a 0? Siempre que uno ponga el tape en el reproductor de lo que fue la gran y resonante victoria de Vélez Sarsfield en Medellín ante Atlético Nacional, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América 2012. Póngase cómodo, dele al Play y repase noventa minutos de fútbol que puede multiplicarse por dos de capitalizar la ganancia en siete días en casa.
Porque en la victoria alcanzada en Medellín son la suma de virtudes la que llevaron a Vélez a traerse mucho más que tan solo una victoria, a convertir mucho más que solo un gol. Porque en ese remate abanicado desde la derecha que lanzó Iván Bella, fueron volando por el aire también la fuerza de los sueños que empujaron el balón, la idea de ir en busca de todo, de no temerle a nada y ser siempre protagonista juegue donde juegue. Porque en la suma da superávit lo que plantea en cancha, aún sin tener valores muy importantes para el funcionamiento, el juego y lo que se imagine. Porque ante la ausencia de Augusto Fernández y todo lo que puede resolver el volante por el carril derecho, aparece Iván Bella y es quien abre el encuentro y con el que marca el gol del triunfo, nada más ni nada menos. Porque lo tiene muy encendido al Burrito Martínez y eso es demasiado. Protagonista para tenerla, importante para acelerar y para ser el receptor de las faltas. Martínez vuelve a creer en él y todo Vélez se ilusiona. Porque encima Ricardo Gareca se da el lujo de meter mano a los pibes para que se fogueen en la Copa Libertadores, de visitante, ante 45 mil personas y en una etapa decisiva.
Porque también en el análisis hay un sabor agridulce que deja la victoria. No es de lleno, no. Pero es evidente por desarrollo, control y contundencia que Vélez mereció y debió irse del Atanasio Girardot con una goleada justificada en el resultado. Porque después de abrir el marcador con Bella, lo tuvo muy claro en dos veces Lucas Pratto. La primera desde la izquierda abriendo el pie derecho para buscar el palo más lejano, pero la estirada de Pezzuti mandó el balón al córner. Después, desde la derecha, se sacó a su marcador de encima y quiso colocar el balón lo más alto posible en el ángulo y terminó mandando arriba del travesaño. Pero sin dudas que la más clara para estirar la victoria y el orgullo, lo tuvo el Burrito Juan Manuel Martínez, que desde los doce pasos cobró la falta que le cometieron pero Pezzuti una vez más ahogó el grito volando y mandando el penal al córner. Señal de que el partido iba a ser trabajoso, justamente haciendo honor al día del trabajador.
Porque lo que falló en un arco, por partes y sin tanto sobresalto, lo tuvo que sostener en el propio. Ahí fue donde creció la figura de Marcelo Barovero. Indispensable el uno para garantizar el cero en el arco, tanto como lo son los delanteros (o en este caso Bella) para marcar la diferencia en el ajeno. Barovero fue la gran figura del encuentro, al resolver con seguridad los problemas que le proponían Pabón y compañía. Bien por el uno de Vélez que siempre está cuando más se lo necesita.
Párrafo para el presente de Atlético Nacional, que llenó su estadio, pero que evidenció el clima de malestar tras la partida de Escobar a horas de jugar su suerte en octavos de final de la Libertadores. Un equipo al que se lo vio desordenado y con pocas intenciones serias de lastimar a Vélez.
Vendrán siete días para confirmar acá lo bueno que realizó allá. Vélez Sarsfield le envió un mensaje directo a la casilla de correo de cada uno de los participantes de la presente Copa Libertadores. En silencio. Haciendo poco ruido, pero a paso firme. El sueño se sueña sin necesidad de estar durmiendo.
Carlos Alberto Martino - Sitio Oficial
Foto: Sitio Oficial
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